Construido en 1662, aquí todavía hay una iglesia que brilla por el estilo barroco de su fachada. Como en otros, el altar está dorado con hojas de oro, muchas pinturas y retablos que decoran los pasillos laterales. Este lugar dibuja su particularidad del hecho de que El Niño de Lachoc es venerado allí, lo que habría contribuido en gran medida a proteger la ciudad durante la guerra del Pacífico contra Chile.